La revolución de la agricultura regenerativa

Este sistema moderno y sustentable busca producir alimentos, fibras y energía usando menos insumos y recursos naturales, mientras restaura los ecosistemas. Su impacto en la generación de empleo, en la producción y en la economía.
Hacia 10.000 años a.C., cuando se originó la primera revolución agrícola y comenzó un nuevo período de la Prehistoria -el Neolítico-, la humanidad logró desarrollar distintos sistemas para producir alimentos de forma controlada, cuidando sus cultivos y protegiendo los suelos. Desde la evolución del arado y los sistemas de riego, pasando por la mecanización y el uso de fertilizantes, pesticidas y herbicidas, hasta llegar a los avances de la biotecnología, los mapas satelitales y la inteligencia artificial, los agricultores siempre buscaron formas para ser más productivos y eficientes.
Muchos de estos nuevos procedimientos y avances tecnológicos se fueron desarrollando a medida que la humanidad crecía, adquiría nuevos hábitos alimenticios, se organizaba en sociedades más complejas y aumentaba el comercio entre distintos grupos. Ante nuevos desafíos y necesidades, mayores innovaciones.
Producto del cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y la disponibilidad de agua, las sociedades actuales se encuentran ante desafíos propios de nuestra era. A esto debemos agregar el aumento sostenido de la población, que para 2025 podría acercarse a los 10.000 millones de personas, según proyecciones de la ONU.
En este escenario complejo y por momentos incierto, la agroindustria moderna tiene la capacidad de transformarse en parte de la solución. A través del desarrollo de sistemas innovadores que permitan producir más, usar menor cantidad de recursos y cuidar el medio ambiente, el sector es vital para garantizar la seguridad alimentaria de esta población creciente.
Producir, proteger y restaurar
Una de las soluciones es el desarrollo de la agricultura regenerativa. Pero, ¿qué es exactamente la agricultura regenerativa? ¿Y en qué de diferencia de la agricultura sustentable? El enfoque principal de la agricultura sustentable es el de "no dañar" los ecosistemas. Se trata de reducir el impacto negativo de la agricultura y limitar su huella ambiental y climática mientras se produce más rendimiento ("producir más con menos").
La agricultura regenerativa, en tanto, va un paso más allá: además de disminuir el impacto negativo de la agricultura en el medio ambiente, también tiene como objetivo brindar beneficios positivos a la naturaleza y ayudar a los agricultores a adaptarse a las condiciones climáticas cambiantes para que puedan producir más y aumentar los ingresos de manera sostenible ("producir más con menos, mientras se restaura más").
“La agricultura regenerativa adoptada a gran escala tiene la capacidad de producir cosechas exitosas usando menos tierra y recursos, y dejando menor huella climática y ambiental. Esto, a su vez, puede traer resultados positivos para las especies y los hábitats, ayudar a restaurar los ecosistemas y mejorar las condiciones del suelo”, dice Juan Farinati, Presidente y CEO de Bayer Cono Sur.
Esta manera más moderna y sustentable de producir alimentos, fibras y energía tiene, a través de un enfoque holístico, el objetivo de ayudar a producir más, usando menos insumos y recursos naturales. A diferencia de la agricultura convencional, estas prácticas ofrecen mejorar la productividad y los ingresos agrícolas mientras cuidan la biodiversidad, los recursos hídricos y la salud de los suelos.
“Estos objetivos no contradicen los que propone la agricultura sustentable. La agricultura regenerativa construye sobre la agricultura sustentable, pero va un paso más allá: hace hincapié no solo en minimizar el impacto negativo de la agricultura en el medio ambiente, sino también en brindar beneficios positivos para la naturaleza y dejar la tierra en mejores condiciones que antes”, aclara Juan.
Resultados con impactos múltiples
Más allá de los beneficios y resultados medibles vinculados a la producción y a la restauración de ecosistemas, la agricultura regenerativa también puede tener impacto en la generación de nuevos empleos y en el fortalecimiento de las economías y comunidades locales.
En determinados casos, la agricultura regenerativa puede requerir mano de obra especializada para controlar malezas o implementar cultivos de cobertura. También es fuente de creación de nuevos empleos, vinculados con la gestión de la biodiversidad o la certificación de prácticas sustentables. Además, puede evitar la migración de mano de obra de entornos rurales hacia centros urbanos, como consecuencia de lograr mejores cosechas e ingresos.
Otro beneficio de la implementación de la agricultura regenerativa es la revitalización de las economías locales. La disminución en el uso de determinados insumos, por ejemplo, puede reducir costos de producción y generar mayores rindes a los agricultores. Por otro lado, al hacer foco en la protección de los recursos hídricos y en la restauración de los suelos, este tipo de sistema puede ayudar a mejorar la calidad de los cultivos y, por lo tanto, aumentar su valor en los mercados.
“La agricultura regenerativa -concluye Juan- es nuestra visión en Bayer para la agricultura del futuro. Un futuro que ya estamos construyendo, sobre pilares fundamentales como la innovación, la sustentabilidad y la digitalización”.